Cambio de sexo: caso clínico

El 8 de enero de 1973, la revista Time publicó un artículo refiriéndose a un caso de cambio de sexo bastante revelador. Lo recoge el Dr. Francisco J. Rubia, catedrático de la facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, en su libro El sexo del cerebro, de donde lo extracto a continuación:

En 1965 nació un niño que durante una circuncisión de rutina sufrió un accidente: el electrocauterio utilizado por el cirujano le quemó completamente el pene. Los padres, desesperados, intentaron todo lo posible por arreglar este asunto sin éxito, hasta que oyendo un programa de televisión en el que un médico informaba que al nacer todos los bebés son neutrales por lo que respecta al sexo, decidieron cambiar la identidad de su hijo. Consecuentemente, el niño fue castrado, sometido a cirujía plástica, tratado con hormonas femeninas en la pubertad para convertirlo en una mujer. Por supuesto, los padres trataron al niño desde su castración como si fuese una niña.

Al principio, el niño pareció comportarse como si fuese una niña, por lo que el artículo de Time se excedió en argumentos justificando que los patrones masculino y femenino podían cambiarse a voluntad. Todo esto coincidía con cambios en la sociedad, que por entonces discutía si habría igualdad en los papeles masculino y femenino.

Ahora bien, el seguimiento de este caso mostró que todos los esfuerzos de los padres fueron inútiles. El niño siempre dijo sentirse como tal, por lo que su niñez fue una auténtica tortura. Cuando se hizo mayor, se sentía atraído por chicas y decía que se sentía como un chico atrapado en el cuerpo de una chica, intentando incluso orinar de pie. A los ocho años se sintió como un niño, a los doce años rehusó ingerir estrógenos para que se formasen los senos y a los catorce decidió vivir como un chico. Al final, el padre le contó todo lo que había ocurrido con él; como consecuencia de esta conversación, el chico exigió volver a su sexo. Se operó de nuevo para quitarse los pechos y consiguió que le reconstruyeran un pene. Terminó casándose y adoptando los hijos de su mujer. Su identidad sexual, lo que él mismo creía de sí, nunca cambió, a pesar de todos los esfuerzos. Y jamás tuvo un interés sexual hacia el sexo masculino.

La conclusión que se ha sacado de esta experiencia es que cuando se nace con un "cerebro masculino", ni la terapia hormonal, ni la cirugía, ni la educación como mujer pueden cambiar la identidad del sexo.

En principio este caso puede parecer sumamente esclarecedor, pero lo cierto es que existen otros casos y experimentos cuyos resultados contradicen esta interpretación, por lo que buscar las causas de lo que llamamos identidad sexual no es nada fácil.