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28/7/10

Livin' la vida loca

Hace ya tiempo leía una opinión, ahora no recuerdo si era la típica "carta al director" de un periódico o una entrada de un blog, y no la encuentro, que refleja ciertas creencias sociales bastante extendidas y con las que, como no podía ser de otro modo, no estoy de acuerdo. El razonamiento venía a ser que para ser maduros y tener las ideas claras cuando lleguemos a los 30-35 años, tenemos que haber hecho el loco y haber cometido el mayor número de errores, desvaríos y excesos a los 20, porque cuanta más experiencia se haya tenido y más cosas se hayan conocido, más claro tendremos después qué es lo que queremos y qué es lo que no queremos en la vida. "Siento que si no lo hago ahora no lo haré nunca" es una creencia juvenil bastante extendida. Lo que no pueden calcular es si se arrepentirán de haber cometido esos errores.

Me llama poderosamente la atención que a esos excesos se refiera mucha gente como "disfrutar de la vida". La idea viene a ser también que si no "disfrutamos de la vida" de jóvenes, no lo haremos nunca porque después hay que "sentar la cabeza". En mi opinión, aquí se están manejando unas cuantas creencias sociales preestablecidas nada alentadoras. Es como si existiese la sensación interna de que para sentir que se disfruta de la vida hay que cometer abusos y excesos que pongan a prueba incluso la propia salud. Pero por esta regla de tres, entonces, todos los padres de familia deberían ser unos amargados, con tantas cargas y responsabilidades. Personalmente, me parece muy triste que "pasarlo bien" signifique desvariar y cometer abusos y excesos sin control. Nadie dice que no se haga un poco el loco, yo me he emborrachado alguna vez y he hecho botellón, pero si no fijamos ningún límite racional las consecuencias pueden ser nefastas. Además, es posible que haber vivido muchas experiencias diversas te dote de un conocimiento más general que con los años te haga más fácil identificar qué es lo que quieres, pero, ¿qué precio hemos pagado por hacer las cosas de esa manera? Por ejemplo, una persona acostumbrada a hacer lo que le venga en gana en todo momento (que parece ser que es lo que la gente entiende por "disfrutar de la vida", lo que por otra parte pone de manifiesto el peligroso grado de hedonismo al que estamos llegando), es muy posible que sepa más bien poco o nada sobre "toma de decisiones", un ejercicio que se tarda toda una vida en ir refinando.

Parece que queremos la recompensa al principio, sin haber hecho nada para merecerla. Se piensa que hay que aprovechar a hacer ahora todas las locuras que se nos ocurran porque después viene lo malo. Enseñar a ver que la recompensa viene al final, después de haber sembrado, y no al principio, así como a ver que los excesos no tienen que ver con pasarlo bien ni madurar o "sentar la cabeza" con pasarlo mal, es una urgente tarea y responsabilidad de todos los padres y educadores.

Además, el razonamiento "excederse ahora en todo para saber qué se quiere en el futuro" solo demuestra, en todo caso, una posible vía para alcanzar esa meta que es la claridad de ideas, pero ni es la única vía posible ni me parece la más saludable. Y cuando digo que no estoy de acuerdo con este razonamiento, no es porque si tuviera una relación con una persona joven y asumiera este planteamiento tendría que cortar diciendo: "Mira, tenemos que dejarlo porque aún eres muy joven y tienes mucho que explorar antes de decidir si quieres estar conmigo"; sino porque yo también tuve 20 años y cuando tenía 20 años no pensaba así y no cometí esos abusos ni adquirí todas esas experiencias de la vida, y a pesar de ello no me ha hecho falta llegar a los 35 ni a los 30, ya con 25 tenía bastante claro qué quería en la vida y qué no quería (al menos a nivel personal, que es de lo que hablo). Ergo hay más vías posibles para alcanzar la "iluminación" que el camino de Dionisos (el dios más vago de todo el Olimpo, dicho sea de paso). ¿Soy un aburrido porque no me drogo ni frecuento prostíbulos (servicios de discotecas incluidos) o porque no me prestaría fácilmente a transacciones cárnicas? Seré. Yo personalmente estoy muy satisfecho y orgulloso de mi vida. Me lo paso bien a mi manera y es que de esas otras maneras no me lo pasaría bien. Cada uno es cada uno, eso está claro, pero luego que no vengan las quejas por sufrimientos estúpidos, aunque serios, que podrían haberse evitado de haber hecho las cosas de otra manera.

Por otra parte, la idea de probar de todo, que suele entenderse como experimentar todo tipo de abusos y excesos, a menudo perjudiciales o de cierto riesgo para la salud, es necesario para alcanzar la iluminación propia de la madurez suena más a un intento de autojustificación que a otra cosa, porque supone considerar que el único camino posible para alcanzar las prebendas de la madurez pasa por cometer todo tipo de atropellos contra el cuerpo. Interesante filosofía de vida. Muy iluminados no deben de ser al final si resulta que después de tanto alcohol y drogas acaban llegando a las mismas conclusiones sobre la vida que muchos de los que no hemos emprendido "el camino", solo que con menos salud, y no me considero especialmente inteligente...

No quisiera que cuando tengáis 35 años y por fin sepáis lo que queréis porque hayáis probado todo tipo de experiencias buenas y malas, descubráis que lo que queréis lo habéis perdido hace tiempo y no lo podéis recuperar, y todo por haber hecho el gilipollas.

Y no digo estas palabras con resentimiento alguno pues no estoy pasando ni he pasado por alguna experiencia que me mueva a querer desahogarme en este sentido. Simplemente es mi opinión teórica sobre el asunto. Yo he hecho las cosas de otro modo y he conseguido el mismo resultado que supuestamente se persigue: tener las cosas claras, por tanto, o soy una excepción o un ejemplo de que las cosas pueden hacerse de otro modo.

3 comentarios:

Gabriel (@vigoexiste) dijo...

Amén :-)

Clausius dijo...

Vaya, llegué por casualidad y me ha gustado este artículo. Yo hasta ahora he llevado una vida más o menos normal, sin demasiados excesos, pero algunos amigos me lo dicen, que ahora o nunca, que ya habrá tiempo de sentar la cabeza y de no arrepentirse por no haber hecho tal o cual cosa. Sobre todo en el terreno emotivo, sentimental y erótico-festivo. Puede que tengan razón, no sé, puede que me arrepienta en el futuro, no creo, pero por el momento no es algo que haya echado de menos. Bienvenido al club, por lo que veo...

Saludos alemanes

Vedisu dijo...

Yo también me uno al club, no hace falta cometer excesos para disfrutar de la vida e ir sabiendo qué es lo que uno quiere en la vida.

 

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